National Geographic señala este pueblo medieval como destino imprescindible para visitar este mes de noviembre.

El pueblo que National Geographic ha elegido como el más bonito para visitar este mes de noviembre se encuentra en Álava.

Se trata del municipio de Laguardia, un magnífico lugar con muchos encantos, entre los que concentra una gran tradición vinícola. Durante todo el año, el aroma a vino impregna el aire,  invitando a saborearlo con un tradicional pintxo pote y coger fuerzas para conocerla más a fondo.

UNA MURALLA, CINCO PUERTAS, TRES CALLES

Laguardia no se acaba en el pórtico. De hecho, este es sólo el comienzo de un recorrido por sus calles, donde muchos de sus edificios guardan alguna historia. El primero que se encuentra al salir de la Iglesia de Santa María de los Reyes es la Torre abacial, una torre castillo que hace las veces de campanario y que sirvió de defensa a la villa.

La calle mayor baja hasta el ayuntamiento, que en el siglo XVI hizo las veces también de carnicería y cárcel, ubicado en una pequeña plaza donde también se puede disfrutar del reloj de carillón, con tres autómatas que representan al Cachimorro y dos dantzaris, dos figuras importantes del folklore de la localidad.

Siguiendo el curso de la calle se llega a la Iglesia de San Juan y a la Casa Palacio Samaniego, donde vivió el famoso escritor, y donde se encuentra la bodega El Fabulista, en la que se puede disfrutar de una visita teatralizada.

Por último, y no menos importante, es necesario hacer un recorrido por las cinco puertas de la muralla y conocer su historia. Una recomendación: dejar para el final la de Paganos, frente a la cual se ubica un mirador donde contemplar todo el valle bajo la Sierra de Cantabria.

UN ESTANQUE QUE DESVELA UNA HISTORIA DORMIDA

Nadie en Laguardia podía imaginar que bajo sus calles, además de calados, se encontraba un estanque construido hace 2100 años. Tras el hallazgo de vestigios del cementerio del cercano Convento de los Capuchinos y un aljibe, los arqueólogos siguieron con la prospección hasta dar con los restos del mayor estanque de la Edad de Hierro en Europa, con una capacidad de hasta 300.000 litros de agua.

LA GUARDIA DE UNA GRAN HECHICERA

A tan solo diez minutos en coche del centro de Laguardia se encuentra uno de los dólmenes más grandes y mejor conservados de Álava. Nueve losas que dibujan una forma poligonal componen este dolmen, en el que se hallaron restos de hachas, cerámica, otras herramientas y joyas que se pueden ver en el Museo de la Sociedad de Amigos de Laguardia.

La Chabola de la Hechicera recibe su nombre por la leyenda popular de que, durante la mañana de San Juan, se escuchaba cantar a una mujer que convertía en piedra a aquellos que se acercaban a curiosear. Según los descubridores, este monumento se construyó a finales del Neolítico, hace alrededor de 5.000 años, y en él se realizaban enterramientos de la comunidad.

SANTA MARÍA DE LOS REYES Y SU EXQUISITA POLICROMÍA

En Laguardia existe un punto desde donde brotan como ríos todas las calles de su casco antiguo: la Iglesia de Santa María de los Reyes. Una puerta lateral pasa desapercibida a simple vista, pero lo que esconde no deja a nadie indiferente: el Pórtico de Santa María de los Reyes, protegido por una construcción del siglo XIV que, aunque parece de madera, es de piedra arenisca tallada. Gracias al cierre del porche exterior donde se encontraba, se le considera como uno de los pocos pórticos policromados que se conservan en España, una pintura que revela algunos aspectos ocultos a simple vista.

Situada en el centro del pórtico se encuentra la figura de la virgen María de los Reyes, sosteniendo la figura del Niño y rodeada por los doce apóstoles. Sobre ellos se despliega la historia de la vida de Jesús y de la Virgen, desde la Anunciación hasta la Dormición, algo que permitía introducir el catolicismo a una población prácticamente analfabeta que no podía interpretar la Biblia.

UNA BODEGA JOVEN CON PASO FIRME Y MIRADA INNOVADORA

Quinto Javier de la familia y quinta generación dedicada a la viticultura, este joven laguardiense de tan sólo 33 años ya deja entrever con la insignia de su bodega que tiene la llave de los viñedos del cielo. Con el premio a mejor tinto joven este 2021 por su Cueva de Lobos, su faceta transgresora ha derivado en tres gamas de vino bien diferenciadas: su vino galardonado, la gama Viuda Negra, que recupera viejos viñedos, y la semidulce Anahí, que homenajea a su madre. Aun así, Javier no frena aquí: una visita a su bodega depara muchas sorpresas más allá de sus catas.

Esta bodega, que apenas cuenta con tan solo tres años de andadura, tiene depósitos que van desde los 25.000 litros de capacidad hasta los 50, pequeños recipientes donde Javier hace sus experimentos, fórmulas que después guarda a buen recaudo en pequeños barriles que se confunden entre el resto de la producción en su bodega de estilo andaluz. Durante la visita se pueden conocer algunos detalles del mundo del vino, además de repasar la evolución del viñedo a lo largo de las estaciones, la particularidad de sus cepas más antiguas, descubrir más sobre el envero, el porqué del enigmático nombre de su vermut y las novedades que están por venir.

Noticia sacada de National Geographic.